La regla 1-2-3 se utiliza para regar las plantas en función de su tamaño, pero debemos tener en cuenta que esta regla es un factor que determina la cantidad de agua que necesita una planta. La regla 1-2-3 dice que tenemos que regar plantas pequeñas como coberturas vegetales, cactus y plantas anuales hasta una profundidad de 1 pie (regar el césped hasta 10 pulgadas). Riegue las plantas medianas, como los arbustos, hasta una profundidad de 2 pies. Riegue plantas grandes, como árboles, hasta una profundidad de 3 pies.

Son muchos los factores que influyen a la hora de determinar la cantidad de agua que necesitan nuestras plantas. Factores como el tipo, tamaño, edad y salud general de la planta influyen en la demanda de agua de la planta. De hecho, no existe una regla general sobre cuánta agua debes darle a tu planta.

Las plantas sólo pueden almacenar una determinada cantidad de agua. Si no hay más espacio, tu planta no podrá seguir absorbiendo agua. El sustrato que elijas determina en parte la cantidad de agua disponible para tu planta. El agua es transportada desde las raíces hasta las hojas a través del tallo; Este proceso se llama flujo de transpiración. Cuando el agua llega a las hojas, se evapora para dejar espacio para que las raíces absorban agua nueva y rica en nutrientes. La evaporación del agua a través de las hojas de la planta es estimulada por la luz, la temperatura, la humedad y el aire fresco.

Hay muchos factores que afectan la demanda de agua por parte de la planta. El tipo, tamaño, edad y salud general de la planta son factores importantes. Como regla general, riega tus plantas hasta un 5-10% de la capacidad de la maceta. Hay varias formas de saber cuándo es el momento de regar las plantas. Por ejemplo, puedes utilizar un sensor de humedad del suelo. Este sensor se puede adquirir a un precio muy económico en cualquier centro de jardinería.

Otra opción es clavar un dedo en el suelo. La capa superior del sustrato se secará más rápido debido al contacto con el aire. Es posible tener una mejor idea de la humedad del suelo a unos centímetros por debajo de la superficie. Si el suelo aquí está seco es hora de regar las plantas.

Es tan malo dar demasiada agua a las plantas como darles muy poca. Para evitar aportar exceso de agua, puedes utilizar una maceta con agujeros en el fondo. Esto permite que el exceso de agua se escurra fácilmente.

Es recomendable regar tu planta hasta que salga agua por el agujero de la maceta. Cuando veas que el agua empieza a salir significa que ha llegado a las raíces y que por tanto esa cantidad de agua es la adecuada y suficiente.

Para las plantas de jardín es recomendable ir echando agua poco a poco y observar hasta que la tierra esté mojada. En ese momento debemos parar para evitar encharcar la planta.