¿Cuánta agua es demasiada para las suculentas?

Es uno de los aspectos más delicados del cultivo de este tipo de plantas. Saber regar correctamente las suculentas no es tarea fácil. En realidad podemos considerar que es la tarea más importante de su cultivo ya que es, en realidad, la única que puede comprometer su bienestar. Comprenderlo pasa por recordar un aspecto importante de todas estas plantas. El aspecto carnoso de sus hojas o tallos no es más que una señal visible de que son auténticas reservas de agua. Por su origen, son plantas acostumbradas a la sequía. Y, por la misma razón, han desarrollado un mecanismo natural de almacenamiento de agua para sobrevivir.

En general hablamos de plantas sumamente rústicas y resistentes. No sólo no suelen tener ataques de plagas sino que, además, su cultivo no supone ninguna dificultad. Sólo hay una excepción: en lo que respecta al riego. Un aspecto, es el exceso, que suele ser la principal causa de muerte de estas plantas. Sólo por eso, vale la pena tomarse el tiempo para aprender a regar las suculentas.

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Agotado

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Las suculentas, especialmente las plantas jóvenes, tienen raíces poco profundas. Estos, en contacto con el agua, tienden a absorber la máxima cantidad posible. Un comportamiento lógico, ya que proceden de zonas desérticas. Sin embargo, esta capacidad de retención de agua es un arma de doble filo. Si están expuestos a demasiada agua, su mecanismo de absorción intentará almacenarla de todos modos. Y el exceso de agua sobrante sólo pudrirá sus raíces.

Existe una tendencia a cultivar suculentas en macetas o contenedores sin drenaje. Algo que, a pesar de que puede funcionar a nivel decorativo, puede repercutir negativamente en el bienestar de estas plantas. Tenerlos en este tipo de contenedores es posible, sin duda. Pero hacerlo implica varias cosas y trabajo extra. Por un lado, crear una buena capa de fondo con mármol o un árido ligero y decorativo que ayude a mantener el exceso de agua de riego alejado de las raíces. Por otro lado, regar siempre con precaución.

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Si crees que pulverizar es la forma correcta de regar las suculentas estás equivocado. No sirve para humedecer hojas y tallos y mucho menos para remojar el sustrato. La mejor forma de regar las suculentas es con una regadera o en su defecto con una manguera que tenga la opción de simular el agua de lluvia.

El único uso que le daremos a un pulverizador será con las suculentas que estemos propagando. Unos proyectos de plantas que incluso podemos fumigar todos los días.

Otra pregunta habitual, que tiene una respuesta sencilla: cuando el sustrato esté completamente seco. E insistimos: completamente seco. Hay que entender que esta sequía es positiva para estas plantas. Sólo durante el mismo, las suculentas comienzan a formar raíces nuevas y grandes. ¿Cuál es la razón? Que, cuando vuelva a haber agua disponible, la planta pueda absorber más.

Dado que la sequía del sustrato depende de muchas cosas, no existe un patrón de riego exacto. Pero, a título orientativo, lo habitual es un riego a la semana en verano y uno cada tres en los meses sin calor.

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En general hablamos de plantas sumamente rústicas y resistentes. No sólo no suelen tener ataques de plagas sino que, además, su cultivo no supone ninguna dificultad. Sólo hay una excepción: en lo que respecta al riego. Un aspecto, es el exceso, que suele ser la principal causa de muerte de estas plantas. Sólo por eso, vale la pena tomarse el tiempo para aprender a regar las suculentas.

Las suculentas, especialmente las plantas jóvenes, tienen raíces poco profundas. Estos, en contacto con el agua, tienden a absorber la máxima cantidad posible. Un comportamiento lógico, ya que proceden de zonas desérticas. Sin embargo, esta capacidad de retención de agua es un arma de doble filo. Si están expuestos a demasiada agua, su mecanismo de absorción intentará almacenarla de todos modos. Y el exceso de agua sobrante sólo pudrirá sus raíces.

Existe una tendencia a cultivar suculentas en macetas o contenedores sin drenaje. Algo que, a pesar de que puede funcionar a nivel decorativo, puede repercutir negativamente en el bienestar de estas plantas. Tenerlos en este tipo de contenedores es posible, sin duda. Pero hacerlo implica varias cosas y trabajo extra. Por un lado, crear una buena capa de fondo con mármol o un árido ligero y decorativo que ayude a mantener el exceso de agua de riego alejado de las raíces. Por otro lado, regar siempre con precaución.

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Dado que la sequía del sustrato depende de muchas cosas, no existe un patrón de riego exacto. Pero, a título orientativo, lo habitual es un riego a la semana en verano y uno cada tres en los meses sin calor.

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